Menos mal que existe Madrid y que la gente aún se besa en Gran Vía a las cuatro de la mañana.
Menos mal que no ha desaparecido esa cafetería en Antón Martín a la que ir después de comer en la Cava Baja los domingos
Menos mal que siguen abiertas las floristerías de Tirso para que se sigan regalando flores a la salida de la Sala X y de los cines Ideal.
Menos mal que todavía hay chicas que cantan versos, a gritos, de Pol 3,14 por Hortaleza a las tres de la mañana: " Y sin dudar te sigo hasta el metro. Tribunal, pista de aeropuerto…”.
Menos mal que Madrid tiene El Retiro, el lago de la Casa de Campo y alguna que otra playa, aunque la gente se empeñe en decir que no.
Menos mal que existieron Pereza, y existe Leiva , porque esta ciudad no significaría lo mismo sin sus letras, ni sus letras tendrían la mitad de emoción sin esta ciudad.
Manos mal que tú existes y que siempre tendremos Madrid.
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