domingo, 3 de marzo de 2024

Un año

Hoy hace un año que llegué a Madrid

¿Cuantas cosas caben en un año?

Infinitas. Porque Madrid es infinito.

Piso nuevo, Madrid Río, Fer, visitas de paso, Nerea, el olor de los almendros en flor de mi calle, que me guste el sushi, nueva congre, La Paloma, ir a ver el sofá a la calle de San Marcos, los gemelos, Mikel, pescado al horno, un “súper” maravilloso, organizar mil cenas en casa, la feria del libro en el Retiro, Keila y Nahum, un microondas regalado, la visita de Lösch en el SAAJ con apagón.

Tormentas en junio, cenitas en Betel, Madrid Central, las cuatro torres, el Feito, picnics, el concierto de Harry Styles, nuevos amigos, El Parque de las Naciones, el delivery de Goiko a casa, “Friends”, ver salir el sol en mi oficina de Castellana 77, ramen los jueves por la noche, el asfalto caliente en verano, segunda escuela de precursores, Isma y Nat, la ciudad en agosto vacía, la vuelta en septiembre, Monsieur Sushita en Velazquez, una boda, mi coche, un miércoles cenando en Café del Río viendo atardecer.

Sin creérmelo aún: Betel, el estudio de familia, el comedor de Betel, Lucía dos veces, un festival en la Complutense, Alain y Janire, el Parque del Manzanares, asambleas, “Golpe de Suerte” en el cine Ideal,  la visita de mis padres, comer por en la calle Huertas,  una expo de Monet, un inversor de bolsa que besa genial ¿dónde me estoy metiendo?, varios Wizinks, vuelve Pereza durante cuatro canciones, Isabel y Arantxa, el vermut de los domingos, Casa Mingo, Hannah, La Analógica, Marrufo, los pibardos, las puestas de sol, El Prado.

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